
Vinos orgánicos: La nueva tendencia se consolida en el mercado guatemalteco.
Les compartimos la nota de prensa @lahoragt
La producción orgánica está fortaleciéndose en muchos sectores de la agroindustria, y el vitivinícola no se queda atrás. La conciencia ecológica y la demanda de productos saludables elaborados bajo prácticas de sostenibilidad ambiental incrementó en los últimos años, permitiendo consolidar la producción de vino orgánico en todo el mundo y Guatemala no es la excepción.
Un vino orgánico se caracteriza por tener uvas cultivadas sin pesticidas, ni fertilizantes con químicos artificiales, pero una vez recolectadas las uvas, el vino se puede producir de la misma forma que el resto; el grado de cuidado en el proceso del vino cambia dependiendo del país y la bodega.
El sector de vinos orgánicos se ha consolidado en Guatemala a través de la incursión que empresas como Corchos han realizado. De acuerdo con Gustavo Ovando, gerente de Mercadeo de Corchos, contar con productos de calidad con menos procesos químicos, y que sean amigables con el medio ambiente, es parte de atender las nuevas necesidades de los consumidores.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?
Según Ovando, muchos suelen confundirse y pensar que un vino orgánico y natural son lo mismo, pero estos presentan diferencias. El principal diferenciador es que el vino orgánico recibe su nombre por el origen de sus ingredientes y el vino natural por su proceso.
Como se mencionó anteriormente, el vino orgánico mantiene uvas cultivadas sin químicos, pero el proceso del vino natural busca asemejarse a la producción de los primeros vinos. Lo que busca un enólogo de vinos naturales es que en el proceso tenga la menor intervención humana posible y aunque la mayoría de los productores procura utilizar uvas orgánicas, no es obligatorio.
EMILIANA: BODEGA DE VINOS ORGÁNICO MÁS GRANDE DEL MUNDO
Los vinos orgánicos de Emiliana son producidos sin el uso de sustancias químicos, es decir que su base son uvas cultivadas orgánicamente y certificadas como tal. Sus viñedos destacan por ser espacios libres de agroquímicos tóxicos de origen sintético, esto con el fin de no contaminar el medio ambiente y poner en riesgo la salud de sus trabajadores.