-3.png?width=1453&height=600&name=Sello%20Club%20de%20Vinos%20(1)-3.png "Sello Club de Vinos (1)-3")
-4.png?width=1264&height=522&name=Sello%20Club%20de%20Vinos%20(1)-4.png "Sello Club de Vinos (1)-4")
En los años 70, José María Ruiz, un joven segoviano con muchas inquietudes, dio inicio a lo que se convertiría en el gran proyecto de la Ribera del Duero, vinculado a la familia Ruiz Aragoneses.
José María Ruiz, representó a España en el 'Primer Concurso Mundial de Sumilleres' en Milán, obteniendo un destacado 5º puesto entre más de 60 países. Esta experiencia inspiró su aspiración de establecer su propio restaurante, criar cochinillos y producir vino propio. La exposición a la cultura vitivinícola global lo motivó a profundizar sus conocimientos sobre la elaboración y degustación del vino.
Fue que en 1982, el Restaurante José María abre sus puertas en Segovia, revolucionando el concepto de los vinos servidos en los mesones castellanos al introducir el servicio de vinos embotellados y garantizar una atención cuidadosa a la temperatura y al servicio adecuado de los vinos. En este mismo año, Pedro Ruiz nace y se consolida la Denominación de Origen Ribera del Duero.
En 1987, José María Ruiz lideró un proyecto junto a un grupo de segovianos apasionados por el vino para establecer una bodega en una destacada área de producción de vinos tintos. Eligieron las laderas de Carraovejas, en Peñafiel, como el lugar ideal para llevar a cabo esta iniciativa. Y en 1991 se llevó a cabo la primera cosecha de Pago de Carraovejas, que surgió de solo 70,000 kilos de uva obtenidos de las primeras 25 hectáreas en producción. En los años posteriores, tanto la viña como la bodega experimentaron expansiones sucesivas, pero cautelosas y reflexivas, siempre bajo el principio de no comprometer la calidad en ningún aspecto.
En 2007, Pedro Ruiz, hijo de José María Ruiz, asumió el liderazgo del proyecto con el objetivo de darle un nuevo enfoque y llevarlo a nuevas alturas, transformándolo en lo que hoy conocemos como Alma de Carraovejas. Pedro Ruiz se une al proyecto asumiendo un liderazgo fresco y empresarial. Bajo su dirección, se establecen nuevos objetivos centrados en la sostenibilidad, la innovación y el enoturismo. Estos pilares buscan guiar la actividad de la empresa, impulsar su desarrollo y progreso, y abrir el proyecto a todos los clientes con transparencia y honestidad.
Actualmente el viñedo de la finca se encuentra a una altitud media de 850 metros y está cultivado con tres variedades de vid: tinto fino (tempranillo), cabernet sauvignon y merlot. Se emplean diferentes métodos de viticultura adaptados a la topografía de la finca, que incluyen técnicas tradicionales en el valle y viticultura de montaña, con pendientes que pueden superar el 30%, así como sistemas de terrazas en laderas de pronunciada inclinación.
En el portafolio de Corchos encontraras variedad de vinos de la bodega Alma de Carraovejas, entre ellos nuestro vino Pago de Carraovejas. Esta es la interpretación más honesta del valle de Carraovejas, donde equilibrio, estructura y delicadeza se funden sobre un fondo vibrante. Cada etapa del proceso refleja nuestra pasión por el detalle, resultando en una frescura y elegancia que capturan la esencia de nuestro origen. Con predominio de tinto fino (92%), acompañado de cabernet sauvignon (5%) y merlot (3%), nuestro vino alcanza un nivel de alcohol del 15%. Nuestros suelos, caracterizados por su textura caliza con arcillas rojas y margas blancas, garantizan una alta retención de agua en una altitud de 850 metros. La vendimia, realizada de manera manual en cajas de 15 kg, asegura la excelencia desde el viñedo hasta la copa.
Leave Your Comment
Many desktop publish packages web page editors now use model text
search for sites their infancy.